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septiembre 2, 2020
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La idea de comer alimentos afrodisíacos nos ha atraído desde los albores de la civilización, reuniendo – aunque con diferentes indicaciones y creencias – culturas muy diferentes del mundo. Así como existen alimentos que son buenos para el corazón u otras funciones corporales, los aspectos psicofísicos que promueven el bienestar sexual también pueden ser apoyados y asistidos por las sustancias introducidas en la dieta. La lista de productos acreditados con estas propiedades es bastante larga, pero ¿la efectividad es real o son solo creencias y efectos por sugerencia? ¿Y cuánto afecta la percepción subjetiva? En este estudio, intentaremos obtener más información, informando los resultados de algunas investigaciones científicas sobre el tema.
Alimentos afrodisíacos: siempre lo hemos creído
Desde los albores de los tiempos, la búsqueda del placer ha unido la comida y el sexo, e igual de antigua, en este sentido, es la esperanza de beneficiarse de lo que se come. Este enfoque ha llevado a culturas y civilizaciones muy distantes entre sí, cada una de las cuales ha elegido diferentes alimentos, hierbas y especias como alimentos afrodisíacos. En el pasado, fueron sobre todo las formas y los colores los que impresionaron la imaginación de nuestros antepasados, que podían asociar manzanas, peras y ostras con la feminidad, frutas ricas en semillas -como higos y granadas- con la fertilidad, y con la virilidad, alimentos estéticamente atribuibles a los genitales masculinos. .
Estimular la imaginación, gracias al crecimiento del comercio, fue el exotismo de los productos importados de los nuevos mundos -como la papa- a los que muchas veces se les atribuían poderes incluso en las regiones nativas, si se piensa por ejemplo en las especias.
Instintivamente, los alimentos con estas cualidades se asociaron con eros:
1 producción de calor, como pimienta y guindilla;
2 formas atribuibles a los órganos genitales, como los alimentos mencionados anteriormente;
3 alimentos asociados con la reproducción, los huevos en primer lugar;
4 productos exóticos y raros, especialmente si se caracterizan por sabores y aromas fuertes.
Estas asociaciones y creencias, en sí mismas, no tienen base científica, incluso si, como veremos, algunos alimentos presuntos afrodisíacos se han confirmado de alguna manera como tales, por su contenido nutricional o ciertos aspectos funcionales.
Los aspectos psicofísicos funcionales al eros
Para comprender mejor las suposiciones subyacentes a las creencias sobre los alimentos afrodisíacos, podemos distinguir dos áreas diferentes de interacción con el cuerpo, tradicionalmente reconocidas.
1 Estimulante y emocionante. Este primer tipo, el más empírico y en gran parte asociado a los aspectos enumerados anteriormente, está asociado al aumento de la libido y el deseo sexual, a su vez vinculado al aumento de la temperatura corporal, frecuencia cardíaca y energía física.
2 Alimentos funcionales por sus propiedades nutricionales. En el gran conjunto de alimentos afrodisíacos, muchos se cuentan gracias al contenido de nutrientes útiles para las funciones corporales que contribuyen a la eficiencia sexual y hormonal, comenzando por el sistema cardiovascular. Como veremos, en este sentido la investigación científica a veces ofrece un lado, confirmando una acción positiva efectiva, aunque limitada y generalmente en beneficio de todo el organismo.
Alimentos afrodisíacos: ¿que dice la investigación?
En primer lugar, hay que señalar que son pocos los alimentos para los que se han realizado estudios específicos para probar una acción afrodisíaca, sin embargo, ninguno de estos ha demostrado estimular directamente los órganos sexuales humanos.
Como lo demuestra una investigación publicada en 2010 en The Journal of Sexual Medicine, en este contexto cabe destacar la diferencia sustancial entre los alimentos y los medicamentos en el mercado, diseñados para compensar determinadas disfunciones físicas y no infrecuentemente utilizados de forma inadecuada, para mejorar el rendimiento.
Sin embargo, se han verificado leves efectos para algunos alimentos y hierbas, como destacaremos en breve. Además, el papel – empírico y subjetivo – de la sugestión, favorecido por la estimulación sensorial, no debe pasarse por alto por completo. Este mecanismo puede ser activado por los alimentos, que a su vez pueden sugerir sexo a la mente, estimulando el deseo en el cuerpo.
¿Qué alimentos se consideran afrodisíacos?
Los primeros en ser reportados son los alimentos reales, sobre los que se ha investigado el poder afrodisíaco, como el chocolate y el Parmigiano-Reggiano.
Alimentos afrodisíacos: ¿mito o realidad? Esto es lo que dice la ciencia
La idea de comer alimentos afrodisíacos nos ha atraído desde los albores de la civilización, reuniendo – aunque con diferentes indicaciones y creencias – culturas muy diferentes del mundo. Así como existen alimentos que son buenos para el corazón u otras funciones corporales, los aspectos psicofísicos que promueven el bienestar sexual también pueden ser apoyados y asistidos por las sustancias introducidas en la dieta. La lista de productos acreditados con estas propiedades es bastante larga, pero ¿la efectividad es real o son solo creencias y efectos por sugerencia? ¿Y cuánto afecta la percepción subjetiva? En este estudio, intentaremos obtener más información, informando los resultados de algunas investigaciones científicas sobre el tema.
Alimentos afrodisíacos: siempre lo hemos creído
Desde los albores de los tiempos, la búsqueda del placer ha unido la comida y el sexo, e igual de antigua, en este sentido, es la esperanza de beneficiarse de lo que se come. Este enfoque ha llevado a culturas y civilizaciones muy distantes entre sí, cada una de las cuales ha elegido diferentes alimentos, hierbas y especias como alimentos afrodisíacos. En el pasado, fueron sobre todo las formas y los colores los que impresionaron la imaginación de nuestros antepasados, que podían asociar manzanas, peras y ostras con la feminidad, frutas ricas en semillas -como higos y granadas- con la fertilidad, y con la virilidad, alimentos estéticamente atribuibles a los genitales masculinos. .
Estimular la imaginación, gracias al crecimiento del comercio, fue el exotismo de los productos importados de los nuevos mundos -como la papa- a los que muchas veces se les atribuían poderes incluso en las regiones nativas, si se piensa por ejemplo en las especias.
Instintivamente, los alimentos con estas cualidades se asociaron con eros:
1 producción de calor, como pimienta y guindilla;
2 formas atribuibles a los órganos genitales, como los alimentos mencionados anteriormente;
3 alimentos asociados con la reproducción, los huevos en primer lugar;
4 productos exóticos y raros, especialmente si se caracterizan por sabores y aromas fuertes.
Estas asociaciones y creencias, en sí mismas, no tienen base científica, incluso si, como veremos, algunos alimentos presuntos afrodisíacos se han confirmado de alguna manera como tales, por su contenido nutricional o ciertos aspectos funcionales.
Los aspectos psicofísicos funcionales al eros
Para comprender mejor las suposiciones subyacentes a las creencias sobre los alimentos afrodisíacos, podemos distinguir dos áreas diferentes de interacción con el cuerpo, tradicionalmente reconocidas.
1 Estimulante y emocionante. Este primer tipo, el más empírico y en gran parte asociado a los aspectos enumerados anteriormente, está asociado al aumento de la libido y el deseo sexual, a su vez vinculado al aumento de la temperatura corporal, frecuencia cardíaca y energía física.
2 Alimentos funcionales por sus propiedades nutricionales. En el gran conjunto de alimentos afrodisíacos, muchos se cuentan gracias al contenido de nutrientes útiles para las funciones corporales que contribuyen a la eficiencia sexual y hormonal, comenzando por el sistema cardiovascular. Como veremos, en este sentido la investigación científica a veces ofrece un lado, confirmando una acción positiva efectiva, aunque limitada y generalmente en beneficio de todo el organismo.
Alimentos afrodisíacos: ¿que dice la investigación?
En primer lugar, hay que señalar que son pocos los alimentos para los que se han realizado estudios específicos para probar una acción afrodisíaca, sin embargo, ninguno de estos ha demostrado estimular directamente los órganos sexuales humanos.
Como lo demuestra una investigación publicada en 2010 en The Journal of Sexual Medicine, en este contexto cabe destacar la diferencia sustancial entre los alimentos y los medicamentos en el mercado, diseñados para compensar determinadas disfunciones físicas y no infrecuentemente utilizados de forma inadecuada, para mejorar el rendimiento.
Sin embargo, se han verificado leves efectos para algunos alimentos y hierbas, como destacaremos en breve. Además, el papel – empírico y subjetivo – de la sugestión, favorecido por la estimulación sensorial, no debe pasarse por alto por completo. Este mecanismo puede ser activado por los alimentos, que a su vez pueden sugerir sexo a la mente, estimulando el deseo en el cuerpo.
¿Qué alimentos se consideran afrodisíacos?
Los primeros en ser reportados son los alimentos reales, sobre los que se ha investigado el poder afrodisíaco, como el chocolate y el Parmigiano-Reggiano.
El ginseng, conocido por su poder energizante y estimulante de la circulación, es uno de los pocos productos alimenticios para los que se han demostrado las propiedades funcionales del eros, al tiempo que enfatiza la necesidad de realizar más estudios en muestras más grandes. En particular, como evidencia una revisión de 2008, se ha verificado la eficacia en el tratamiento no invasivo de la disfunción eréctil, con una dosis de 3 gramos por día. Este producto, además, ha sido apreciado en Oriente desde la antigüedad por sus múltiples propiedades.
Los resultados científicos reportados anteriormente también son un buen augurio para la maca, conocida como “ginseng de los Andes”, un superalimento que mencionamos en nuestro análisis en profundidad sobre raíces comestibles. Sin embargo, un estudio de 2006 refutó esta posibilidad.
Especias y miel
El jengibre es un tónico, hace más agradable el olor de las secreciones corporales y favorece la circulación, gracias al contenido de gingerol y zingibereno, propiedades estimulantes bastante similares a las del azafrán, clavo, nuez moscada, anís, canela, pimienta, cardamomo y tomillo. Sin embargo, la única especia para la que se habrían demostrado las virtudes afrodisíacas, siguiendo los resultados de una investigación publicada en 2012, es la cúrcuma, incluso si las pruebas se refieren solo a ratas y la solidez científica sigue siendo pobre. Debido al buen contenido de vitamina B, útil para la producción de testosterona, la miel también se menciona a menudo entre los afrodisíacos.
Chile, ajo y trufa
Afrodisíaco por excelencia, el chile siempre se ha asociado con la pasión, por su estética y por las sensaciones que provoca su consumo, que actúa como vasodilatador y tónico de las arterias, además de aumentar la temperatura corporal. La capsaicina, a la que se deben estos efectos, también sería un estimulante de la próstata, facilitando la eyaculación, mientras que el hormigueo activa las terminaciones nerviosas de la lengua y la producción de adrenalina y endorfinas.
El chile que lo acompaña, al menos en Italia, solo puede ser el ajo, que tiene una función anticoagulante y contiene óxido nítrico, un elemento asociado con la erección. Sin embargo, además de no favorecer los derrames entre parejas, su consumo hasta el momento no ha tenido evidencias de eficacia en clave erótica.
Una conclusión similar también es válida para las trufas, para las que el contenido de androsterona, asociado con la producción de testosterona, actualmente no es suficiente para demostrar sus cualidades afrodisíacas.
Más allá del aspecto nutricional: estimular los sentidos y la memoria
Como hemos visto, comer alimentos comúnmente considerados afrodisíacos solo para esperar efectos específicos en beneficio del eros tiene poco sentido, aunque sin duda es recomendable seguir una dieta sana y equilibrada, positiva para el bienestar y la eficiencia de todo el cuerpo.
Sin embargo, a los efectos de las relaciones de pareja, el papel de los alimentos no acaba en proporcionar nutrientes ni en favorecer determinadas reacciones físicas, partiendo de las características químicas. Independientemente de las creencias y propiedades reales, de hecho, algunos alimentos pueden estimular la imaginación y, en consecuencia, también la fisiología, de manera subjetiva y no predeterminada. Mucho mejor, por supuesto, si su pareja comparte esta reacción.
Lo que enciende la chispa del eros, más allá de los gustos personales, son las peculiaridades sensoriales de la comida, que no sorprendentemente estimulan los mismos mecanismos receptores activados por el sexo.
1 La vista es el sentido más inmediato, que, como hemos visto, puede verse afectado por formas y colores particulares.
2 El olfato y el gusto son obviamente los sentidos más importantes de la comida, ya sea afrodisíaca o no, y la gama de sensaciones perceptibles y apreciables es enorme.
3 La implicación del tacto, en cambio, depende de la textura y superficie del alimento, que por ejemplo puede ser cremoso, terso, rugoso o crujiente, pero la estimulación es completa cuando un plato consigue combinar muchas características diferentes.
4 En parte, la audición también puede activarse al comer, si pensamos, por ejemplo, en los agradables ruidos asociados al consumo de platos crujientes, cremosos, quebradizos, líquidos o gelatinosos.
Además, a la estimulación directa de los sentidos, se puede sumar el placer que surge de los recuerdos asociados a la mesa, en particular los vinculados a experiencias eróticas pasadas, que un gusto o un perfume pueden traer a la mente. Los alimentos afrodisíacos más efectivos, por tanto, son aquellos que cada uno de nosotros reconoce como tales, utilizando el paladar, el corazón y el cerebro juntos.
Fuentes:
ScienceDirect
Revista Sudafricana de Nutrición Clínica
Revista de Ciencias de la Farmacia y la Nutrición
Revista británica de farmacología clínica
Revista de Ciencias de la Salud de Indonesia